Como muchos ya sabéis, la estructura de un árbol consta de diferentes zonas, las cuales realizan un trabajo específico durante la vida del árbol. De dentro hacia fuera serían: la leña, los vasos leñosos, el cambium, los vasos cribosos y la corteza. Esta estructura es la misma tanto en tronco como en ramas, y va variando a medida que una rama crece, pasando de ser una cosa a ser otra. Esquema de la estructura.


El cambium tiene la virtud de poder generar tanto xilemas como floemas. Es decir, que si el árbol tiene una herida, él mismo será capaz de generar una solución tanto para reparar vasos que conducen la savia bruta como la elaborada, además se encargará de producir la corteza necesaria para proteger la herida y que no afecte al árbol. Esta capacidad es la que nosotros tenemos que aprovechar para conseguir podas que se vean lo menos posible pasado el tiempo y que además no afecten la salud del árbol.
Intentaremos podar de la mejor manera, para ayudar al árbol a que se recupere rápidamente, y lo más estéticamente posible.
La velocidad de cicatrización así como la capacidad de cubrir las heridas, varían de una especie a otra, así que no se puede dar plazos para una completa cicatrización de una herida, ya que estos dependerán de la especie y del tamaño de la herida. Independientemente de la especie, es de cajón que cuanto mayor es la herida, más tardará en cerrarse, y unas ayuditas no le vendrán nada mal en el árbol. Una muy importante es proporcionar al árbol una corteza temporal que evite el riesgo de infecciones, putrefacción o nidificación de insectos, hasta que el árbol haya sido capaz de cerrar la herida por completo. Hay diferentes formas de hacerlo, mediante pastas selladoras comerciales, caseras y naturales.
Algo que también nos puede pasar es que el árbol deje de producir corteza, quedando una herida sin terminar de cerrar. En este caso tendremos que volver a abrir la herida, hasta poner al descubierto de nuevo la capa de cambium, para forzar al árbol a continuar con el proceso. Un par de pastas selladoras comerciales, sin ninguna intención de hacer publicidad.



Hasta aquí más o menos conocemos el proceso por el que cicatriza una planta, pero no debemos olvidar que todo tiene sus límites, y también podemos cometer excesos que impidan una correcta cicatrización a pesar de haber podado “de libro”. Debemos tener a la hora de podar varios factores en cuenta, además de los ya expuestos: La salud del árbol es fundamental, el número de ramas a podar, las que le quedaran, el estado de las raíces y la edad de la planta.
Siendo posible identificar los caminos más vigorosos, podemos utilizar esto en nuestro beneficio, y decidir si podemos cortar más ramas o menos en una zona concreta. Además de eso, el callo resultante no será igual tampoco, formándose un callo en forma de labios en los árboles jóvenes, y en forma de corona circular en los viejos.
Estado de las raíces. Un bonsái comienza en sus raíces. Muchas veces tenemos una urgencia innecesaria en podar y modelar descuidando el cepellón. Creo que es fundamental un cepellón sano y abundante antes de someter al árbol a procesos traumáticos, y la poda lo es y mucho. Recordar que bonsái es equilibrio, y de nada servirá podar bien, si las raíces no pueden proporcionar esta energía extra que será necesaria para que el árbol cicatrice.
Ramas a podar y restantes. Tienes tu planta delante y un diseño mental o en papel a su lado, además de todo lo necesario para realizarlo. Sobran tropecientasmil ramas y nos ponemos a cortar. Será la planta capaz de soportar la tala?. Un riesgo que se corre al podar abundantemente es la retirada de savia, que se puede producir por varias causas y una de ellas es podar sin planificar. Puede que para nuestro diseño sea necesario eliminar una buena proporción de ramas en una zona concreta, pero sin una debida planificación a la hora de cortar, puede que nos llevamos alguna sorpresa. Hemos hablado antes de los caminos de savia, y podemos hacerles perder de un plumazo si no vamos con cuidado. Es importante dejar ramas justo por encima o por debajo de zonas donde cortamos ramas gruesas o gran cantidad de ellas, provocando grandes cicatrices. Las ramas superiores mantendrán vivos los caminos de savia ayudando a la cicatrización, y las ramas inferiores frenaran la retirada de savia en el caso de que ésta se produzca. Si planificamos esto, en sucesivas podas, podemos ir eliminando las ramas innecesarias evitando sorpresas.
La salud de la planta: No por obvio debemos dejar de recordarlo. Para someter a una planta en cualquier proceso que requiera de una reacción por su parte, debemos asegurarnos de que se encuentre saludable y fuerte o de lo contrario tenemos bastantes probabilidades de fracasar. Unas correctas condiciones de cultivo nos proporcionarán esta salud, así que mejor tener previsto antes de proceder a la poda, un fortalecimiento de la planta en la temporada anterior.
Cómo podar. Existen diferentes herramientas para la realización de la poda, y cada uno utiliza las que tiene a mano o las que más le gustan. En esto como en casi todo hay diferentes opiniones, así que cada uno utilice lo que estime más conveniente. Simplemente indicar que usamos lo que usamos, el objetivo debe ser cortes limpios y definidos, superficies lisas, y bordes de la herida sin saltos ni desgarros.
Esquema de corte dejando parte de la rama. A evitar salvo que queramos convertirla en jin.




Ejemplo de una herida en la que se han unido varios cortes. El tiempo nos dirá si quedan medianamente aceptables. En este caso tengo la ventaja de que la herida queda en la parte posterior del árbol. No es excusa, pero al menos no se verá.

Un ejemplo a evitar

Sirva como ejemplo esta foto que es parte del proceso que se verá posteriormente. Si dejamos la herida tal como se ve, el callo resultante sobresaldrá del tronco de forma antiestética. Esta pasta blanquecina es madera y savia resultante del corte con la sierra.

Así que la mejor forma de podar, es dejando una herida de forma lo más circular posible, cóncava, profundizando en el tronco y limpia. De esta manera evitaremos callos antiestéticos, problemas de infecciones y aceleraremos el proceso.
Hasta aquí la teoría. Como cuando se me ocurren las cosas suele ser tarde, ya que no dispongo de procesos gráficos detallados seguidos paso a paso, así que entre los esquemas anteriores y las fotos que coloco a continuación, espero poder aclarar gráficamente el escrito.
Ejemplo de eliminación de una rama de engorde. En primer lugar un detalle de la rama a



Finalmente, la sellamos tal como hemos comentado, a fin de evitar infecciones y favorecer la cicatrización.






Pinzado de un arce formado
El arce mostrado en esta foto, tiene unos cuantos cientos de yemas para pinzar. Se trata de un palmatum, variedad Kijohime
Las yemas no se abren todas a la vez, lo cual es de agradecer, porque de lo contrario sería una locura. Una muestra de los diferentes niveles que llegan.
En primer lugar, mostraros la cápsula que rodea las hojas. Esta cápsula se suele quedar rondando en la rama para acabar desapareciendo. No confundir con el primer par de hojas, ni tampoco confundir algunas hojas amorfas que suelen aparecer de vez en cuando con unos lóbulos muy poco definidos. Estas hojas son perfectamente operativas, aunque feas. De vosotros depende dejarlas, o eliminarlas, yo hago uno u otro según mi estado de ánimo, no sigo un criterio fijo.
El brote marcado como “A” que casi no se ve, brotará cuando le dé la gana, o sencillamente, cuando los brotes más vigorosos que iremos pinzando, le cedan parte de la energía del árbol.
Los dos brotes metidos dentro de un círculo, marcados como “B” están en diferentes fases de apertura, aunque es un poco pronto para pinzar los mismos.
El brote marcado como “C” casi ya está. Si tenemos ganas podemos llegar a pinzar, pero mejor esperar al día siguiente, que estará más maduro.
Unmomento ideal para pinzar sería el que se muestra en la siguiente foto. Las dos primeras hojas se empiezan a abrir, y apreciamos el ovillo del resto de hojas en su interior. Nos permite introducir las pinzas e incluso la uña para pinzar. Por cierto, ahora que lo recuerdo, es el momento de dejarse la uña del pulgar de la mano derecha más larga de lo habitual e incluso la del índice también. Aunque se le diga pinzamiento, que será por utilizar pinzas, digo yo, la mayor parte de las operaciones de pinzado a corto, se suelen hacer con los dedos. Al menos yo lo hago siempre que me es posible.
Otra visión del brote desde su frente
Sea mediante pinzas o con los dedos, separamos las dos primeras e incipientes hojas, y seccionamos las restantes que quedan entre las pinzas.
Una vez realizada la operación, el resultado debe ser como el que muestra la siguiente foto. Se pueden apreciar los tallos seccionados por la pinza, justo entre las dos hojas.
Un detalle más
Por último simplemente añadir, que pinzar de este modo, se consiguen entrenudos muy cortos, pero ojo, la siguiente brotación tardara uno y parte del otro en producirse. No hemos dejado que las hojas maduren antes de actuar sobre ellas, y menos aún que formen nuevas yemas, así que sólo es recomendable para mantener siluetas, o digamos, como reacción colateral, para que los brotes durmientes en zonas traseras despierten. Pero eso como digo es un efecto secundario, yo no usaría esta técnica para provocar estas brotaciones, ya que puede resultar muy aleatoria.