ADOB ULLASTRE CALENDARI

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ABONO ULLASTRE CALENDARIOEstos son los productos que utilizo en la alimentación del ullastre.

Se ha de tener en cuenta que están destinados a unas plantas con unas determinadas características de crecimiento y confinadas en un clima particular como es el de la isla de Menorca. No obstante, estas recomendaciones son aplicables a toda la cuenca mediterránea.

Para otras zonas de clima más continental, cabría acortar el calendario de abonado para adecuarlo a la época de crecimiento del ullastre.

El bajo contenido en potasio de estos abonos se debe a que van destinados a árboles plantados en Akadama o Lutita y mezclas con estos productos. El potasio es liberado lentamente por suelos de origen arcilloso como la Akadama y la Lutita.

En el ullastre es importante realizar un correcto abonado para lograr mayor densidad. También es importante el abonado de otoño, ya que en caso de que sea pobre, la brotación de primavera será explosiva, con hojas demasiado grandes.

Aminoácidos

Nitrógeno: 8.8%

Aminoácidos libres: 11.7%

Materia orgánica total: 57%

Los productos a base de aminoácidos son activadores del metabolismo de las plantas.

Éste en concreto, contiene además un buen porcentaje de nitrógeno, lo que lo hace especialmente indicado para su aplicación en primavera, justo cuando el ullastre precisa de más N.

También tiene un importante efecto anti-estrés, al igual que los extractos de algas.

Puede ser aplicado tanto en el riego como por vía foliar, siendo ésta última la que suelo utilizar, ya que puedo hacer coincidir el tratamiento con alguna aplicación de fungicida o insecticida.

Abono Base

Nitrógeno: 7%

Anhídrido Fosfórico: 15%

Óxido de Potasio: 7%

Este es un producto formulado específicamente para bonsái.

Su bajo contenido en potasio es específico para su uso con arcillas granuladas, Akadama o Lutita. La arcilla que las forma es muy rica en P, el cual es liberado lentamente.

Fosfito Potásico

Anhídrido Fosfórico: 30%

Óxido de Potasio: 20%

La acción del fósforo en forma de ión fosfito combinado con potasio estimula el crecimiento y actúa sobre el sistema hormonal activando la producción de fitoalexinas, estimulando los mecanismos de autodefensa de las plantas y produciendo un fortalecimiento de los tejidos fundamentalmente en el tronco, nebari y raíz.

Como fungicida previene las enfermedades fúngicas del suelo (Phytophthora) y vasculares.

Al ser un abono sin nitrógeno, favorece la acumulación de reservas en otoño.

Abono de cálcico

Calcio:10%

Nitrógeno: 5.1%

Materia orgánica: 30%

Fertilizante rico en calcio, complejado con materia orgánica (lignosulfonatos) que garantiza su total biodisponibilidad.

El uso de correctores de calcio es imprescindible en el cultivo del ullastre.

El ullastre (olivo silvestre) crece preferentemente en terrenos calcáreos. Su cultivo en Akadama, el uso de abonos pobres en calcio (la mayoría) y el riego con agua osmotizada, nos da hojas débiles, blandas y con poco color.

Varias aplicaciones al año de este producto acentúa el color oscuro del ullastre salvaje, aparte de hacer las hojas más coriáceas. También es una importante ayuda para reducir el tamaño de las mismas.

Complejo de microelementos

Aminoácidos libres: 15%

Nitrógeno (N)total: 6.2%

Materia orgánica total: 24%

Boro (B): 0.42%

Cobre(Cu): 0.42%

Hierro (Fe): 2%

Manganeso (Mn): 1.25%

Molibdeno (Mo): 0.02%

Zinc (Zn): 1.25%

Para garantizar el suministro de los microelementos necesarios y evitar carencias utilizo una solución de oligoelementos complejados con aminoácidos, de este modo garantizo su total biodisponibilidad por la planta. Una vez aplicado, este complejo de aminoácidos-microelementos se moviliza rápidamente a los sitios específicos de acción, manteniendo en un nivel adecuado las proporciones de microelementos y previniendo de esta manera carencias que afectarían negativamente tanto el aspecto del árbol como su crecimiento. Aparte de prevenir carencias, su uso aumenta la intensidad del color de las hojas.

Dependiendo del momento, su aplicación puede ser realizada a través del agua del riego o en pulverización foliar, siendo esta última mi preferida para este producto.

Ácidos Húmicos

Ácidos húmicos: 7.5%

Ácidos fúlvicos: 7.5%

Este producto es un bionutriente procedente de la leonardita.

Los ácidos fúlvicos y húmicos producen una mejora en la estructura y en la oxigenación del suelo, provocando el desbloqueo de nutrientes, mejorando su capacidad de intercambio iónico y estimulando la vida de los microorganismos. En los bonsái produce un mayor poder de absorción de las raíces, estimula el desarrollo de los meristemos de crecimiento, potencia la respiración celular y da mayor resistencia a la planta en períodos críticos.

Su uso aporta la parte orgánica necesaria para un buen equilibrio en el suelo, del mismo modo que lo hacen los abonos orgánicos.

En el ullastre su uso solo es recomendado a partir del segundo año, coincidiendo con el deterioro del sustrato.

Es recomendable esperar a que las raíces llenen por completo la maceta antes de su primera aplicación. En caso contrario, estimularía en exceso el crecimiento.

Extracto de Algas

Extracto de algas marinas: 40%

Bionutriente obtenido a partir de bacterias, algas marinas y otros vegetales, conteniendo proteínas, fitohormonas, polisacáridos y elementos minerales menores. Durante el proceso de fabricación las proteínas son separadas del conjunto e hidrolizadas, lo que permite dejar en libertad los aminoácidos que la componen, actuando como nutriente y activador.

Al igual que los aminoácidos, el extracto de algas es un bioestimulante. Varias aplicaciones al año nos darán mejor color de hojas.

Su uso permite superar periodos críticos como el trasplante, cicatrización de heridas, daños por viento, lesiones en la corteza o contrarrestar efectos fitotóxicos producidos por plaguicidas.

Emite un olor marino típico.

Es mejor su uso vía foliar, ya que aplicado al suelo, activaría en exceso la flora bacteriana, que con su actividad genera demasiado nitrógeno.

En zonas frías, después de una nevada o frío intenso, el uso de extracto de algas ayuda a superar los efectos adversos tanto en el ullastre como en otras plantas.

 

Fase 1

1er Año

Esta es la fase de formación de ramas primarias. Es muy importante que éstas adquieran el suficiente grosor para que las vías del floema queden definidas correctamente. Para ello debemos potenciar el crecimiento vegetativo.

La alimentación en la primera fase ha de ir encaminada al nuevo crecimiento. Para ello aumentaremos las aplicaciones de aminoácidos. Para asegurar una buena circulación de savia y al mismo tiempo garantizar la salud de las raíces, aplicaremos más fosfito potásico de lo habitual en las otras fases.

Evitaremos aplicar ácidos húmicos en esta etapa. Es peligroso su uso mientras el sistema radicular no está establecido del todo.

En todas las etapas, se ha de aplicar un corrector a base de calcio con el fin de corregir su carencia. La necesidad de Ca del ullastre no se puede corregir a no ser que apliquemos este tipo de correctores. Otra opción es mezclar en el suelo de cultivo algún tipo de calcio granulado. Puede servir el que se usa para la alimentación de gallinas ponedoras, ya que es granulado al igual que la Akadama, y no se deshace con el tiempo.

Fase 2

2º Año

En la segunda fase formaremos las ramas terciarias dando así forma definitiva a la estructura del ullastre.

En este estadio, la correcta selección de los nuevos brotes que aparezcan sobre la ramificación primaria permitirá que la rama se forme de forma adecuada.

En la alimentación, incidiremos en un buen equilibrio entre el N, P, y K. El aporte de N ha de ser controlado para evitar excesivo crecimiento entre los entrenudos.

A partir de esta etapa, y a medida que el suelo envejece, es conveniente realizar alguna aplicación de ácidos húmicos con el fin de rejuvenecerlo.

La confección de un calendario de abonado nos ayudará a ser regulares.

Fase 3

3º año y posteriores

Esta es la fase de refinamiento. En ella las ramas irán ganando volumen y densidad. Es importante mantener los espacios entre ramas y realizar una selección de brotes adecuada para evitar el debilitamiento de las ramas interiores.

La alimentación en la fase de refinamiento y mantenimiento es siempre muy importante para evitar el decaimiento del árbol y de su diseño.

En esta fase, si hemos realizado los trabajos correctamente y seguido un plan de abonado correcto, habremos obtenido una considerable densidad de hojas en las ramas. Esta densidad ha de mantenerse nutriendo correctamente todo el volumen de hojas. Dicho de otro modo: a más hojas, más abono.

Es imposible mantener un ullastre con hojas diminutas y ramas densas si no abonamos lo suficiente.

Por lo que podríamos decir que el ullastre es un gran consumidor de abono.

El correcto equilibrio entre N, P, y K es fundamental para que esto ocurra. Si desatendemos este equilibrio (p.e. abonando con excesivo N) será imposible mantener una densidad correcta, y menos aún conservar el tamaño pequeño de las hojas.

Seguiremos con las aplicaciones de Ca para obtener hojas más coriáceas y por ende, más pequeñas.

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